PRUEBA DEL TOYOTA C-HR

Mientras sus principales rivales se modernizan uno tras otro, el Toyota C-HR ha tenido que reaccionar. Lo ha hecho. Si visualmente se conforma con un ligero restyling a mitad de carrera, es la parte del motor la que aporta sangre nueva con un nuevo motor híbrido más potente.

Repasemos rápidamente con la colaboración del concesionario Crestanevada Girona los ligeros cambios estéticos del exterior: el pequeño SUV de Toyota sigue teniendo su inconfundible rostro. Los diseñadores se limitaron a añadir una inserción del color de la carrocería bajo el parachoques delantero, que es más o menos visible según el color elegido. Esto es más visible, por ejemplo, cuando el coche está pintado de un color brillante. Otro cambio en los faros delanteros y traseros es que ahora están unidos por un alerón negro.

En el habitáculo, los cambios son aún más sutiles. Hay un nuevo sistema multimedia conectado (con una pantalla algo más pequeña) que ahora es compatible con Apple Carplay y Android Auto. Pero los gráficos del sistema de navegación son anticuados y de calidad muy media. El diseño del salpicadero no ha cambiado, con un panel de instrumentos anticuado con agujas. La integración de la pantalla multimedia no es muy estética pero es práctica en su uso. No obstante, hay que señalar que se ha trabajado seriamente en la calidad percibida, que ahora es más convincente.

El habitáculo trasero es bueno, aunque hay que lidiar con un tirador de la puerta trasera que es atípico en su disposición y manejo. Por último, el volumen de carga es un poco decepcionante (con una capacidad que varía entre 358 y 377 litros según el motor). Está bien para un modelo híbrido pero algunos SUV del segmento inferior que son 100% motores de combustión lo hacen mucho mejor.

Desde 2016 se han vendido más de 400000 C-HR, de los cuales el 80% son híbridos. Toyota está segura de su elección y está modificando su oferta en consecuencia. La gama que antes estaba compuesta por una versión híbrida de 122 CV y una versión de gasolina 1.2T de 116 CV, ve cómo esta última desaparece y la gama ahora sólo incluye híbridos: la misma versión de 122 CV que antes, más una nueva llegada que alcanza los 184 CV. Ahora utiliza el mismo motor que el Corolla Hybrid y el Lexus UX 250h, con el que comparte la misma plataforma.

El C-HR fue diseñado para los clientes europeos. Toyota ha optado por darle un centro de gravedad bajo, lo que para un SUV hace que el comportamiento en carretera sea muy tranquilizador. En términos de confort, los ingenieros optaron por una suspensión trasera de doble horquilla muy eficiente. La filtración y la amortiguación son de gran calidad, incluso con las llantas de 18 pulgadas, mejoradas aún más con la llegada de los 184 CV y la adopción de nuevos amortiguadores. El C-HR tiene un apoyo sólido y la dirección es sensible y precisa, lo que hace que el paso por curva sea un placer. El C-HR puede presumir de ser uno de los híbridos más divertidos de conducir del mercado.

La llegada de este nuevo motor es EL gran plus de media carrera para el Toyota C-HR. Más dinámico y aún más agradable de conducir, podrá seguir tranquilamente su camino hacia el éxito. Sobre todo porque no tiene competencia real en su nicho (muy estrecho).

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